como corcho
salvado del naufragio,
flota sobre las aguas
con las flores rojas
de tu ausencia.
No quedó nada de piel,
sumergida por completo
aún grita, socorro.
Y la sangre desaparecida, no encontró salida alguna
que ser nada en la inmensidad de un mar vacio,
arrastrándose al olvido.
Inmaculada Jiménez Gamero
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