Vivo mi atardecer sereno,
como vivo la tarde de los tiempos,
ya no espero muchas cosas,
En al balcón de mi tarde,
espero solo los colores,
aquellos que me ofrece el cielo,
espero esa brisa anaranjada.
El sabor a café recién hecho,
las miradas parlanchinas,
el beso por sorpresa,
los olores frescos del placer.
Inmaculada Jiménez Gamero
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