La amó desde aquella tarde
En que su olor llegó con el viento
Tímidamente los dos se miraron
La amó desde que sus rizos
Se columpiaban sobre
Su espalda erguida
Él la siguió a dos pasos
Para seguir notando como la amaba.
La amó cuando estrechó su cuerpo
Queriendo beber la vida
Y la vida le quitó la sed
De padre y amante.
La amó en el placer
Y la amó cuando lloraban los sauces
Su destino.
La amó entre las rejas de prisionero
Y en la prisión de las noches en vela.
La siguió amando
Entre las canas alborotadas
Por el mismo viento implacable
Y hoy la sigue
amando
Con la misma cordura reluciente
Con la que empuja la vestimenta de su silla
De ruedas grandes, metálicas
De ruedas de paseo recordando
Lo mucho que la amó
Y que la sigue amando.
17 de Abril de 2012
Inmaculada Jiménez Gamero
más que hermoso, asi, eso es exactamente lo que entiendo yo por amar :)
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