No sé cuánto me darían
por los trastos de mis penas,
pero con ellas llenaría
contenedores de barcos.
Con la brújula rota y sin rumbo,
vagarían por océanos,
y ni piratas de ayer,
ni sicarios de hoy,
saquearían tanta lágrima.
Pero yo quiero venderlas
y no sé dónde anunciarme.
2 de Octubre de 2014
Inmaculada Jiménez Gamero
SafeCreative
¡¡¡ME ENCANTAAAA!!!
ResponderEliminarGracias querida amiga, que gusto verte aquí. Un abrazo!!
Eliminarlo siento, tengo las propias; por tanto no negocio.
ResponderEliminarbuen poema Inma...
Difícil encontrar quién no las tenga, pero si apareciese se las vendemos todas!
EliminarLas lágrimas verdaderas son como el cariño del mismo tipo... Ni se compran ni se venden.
ResponderEliminarFrancisco un abrazote por tu cariño.
EliminarNi se pagan con dinero...
ResponderEliminarPrecioso!!
Gracias Fátima!!
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