Hoy
salgo a la calle y todo es lluvia,
en
mis ojos estallan
las
tormentas de los océanos.
Los
semáforos desfigurados alargan
sombras
de colores aberrantes
a
través de pestañas derrotadas.
Y
tú, desde no sé dónde,
me
dices que no llore.
Sin
embargo el rimell corre río abajo
por
laderas ennegrecidas de piedra
que
embrutecen mi alma con un parto de cuervos.
¿Sabes?,
escribo lágrimas para liberarme
de
un dolor carcelario que no destierro.
Hoy
caminaré hacia un lugar donde no me dirijo,
las
palabras serán un hilo que tire de mis heridas
para
no llegar a hundirme en el diluvio.
Hoy
leeré poemas de Elisa
y
me reconoceré en las pupilas de una extraña
leyendo un libro inexistente,
cuando ya no esté, como ella no está,
y
no exista la respiración de ningún saxo
que
pueda aligerar las alas que tanto pesan.
18
de Noviembre de 2014
Amanda Gamero
SafeCreative
No hay comentarios:
Publicar un comentario