FOTO PROPIA |
Cuando
empecé a escribir “Te recuerdo Amanda” no sabía nada de redes, ni de la blogosfera. Me hacía multitud de preguntas que se encadenaban
unas con otras. Sentía inseguridad y un cierto sentido del ridículo, lo reconozco.
— ¿Qué
es un blog, qué sentido puede dar a mi vida; experiencia vital, una forma de
expresión, de creación, puede ser un laboratorio emocional, un acto de
narcisismo, una muestra de generosidad, simple curiosidad?...Permitidme que lo
descubra—.
Estas eran unas de las preguntas que me formulaba, y que decidí transcribir en
la página de inicio. Ahora sé un poquito
más, sé que un blog es una página web en
la se publican regularmente contenidos sobre temas específicos o libres. De
acuerdo. Que los artículos de un blog suelen estar acompañados de fotografías,
vídeos, y sonidos que ilustran mucho mejor el tema tratado. Perfecto. Que los comentarios son la
confirmación de que los que entran en tu blog leen su contenido. Así es.
Y por esto último os digo: que me encanta cuando los veo allí,
anexados a mi deseo, humildes como lo es mi intención de dejar huella.
Decimos que todo ello va a la nube, y parece magia que los pensamientos y emociones estén volando por ahí, en el cielo. Pero no, todo está en servidores, y en centros de datos que en realidad son torres gigantes de ordenadores.
Decimos que todo ello va a la nube, y parece magia que los pensamientos y emociones estén volando por ahí, en el cielo. Pero no, todo está en servidores, y en centros de datos que en realidad son torres gigantes de ordenadores.
¿Permanecerá por los tiempos de los tiempos lo que
escribimos en nuestros blogs?
¿No tendrá esto que ver íntimamente con la necesidad que tiene el ser humano de perpetuarse, de ser inmortal, de no morir?
Pensándolo así, y si profundizo de modo existencial, me da un poco de vértigo, pero me gusta y agradezco que sigáis la bitácora de mí mar, y dejéis esos comentarios de cariño que me revitalizan, y que permanecerán indelebles en mi corazón, eso sí, hasta el infinito y más allá.
¿No tendrá esto que ver íntimamente con la necesidad que tiene el ser humano de perpetuarse, de ser inmortal, de no morir?
Pensándolo así, y si profundizo de modo existencial, me da un poco de vértigo, pero me gusta y agradezco que sigáis la bitácora de mí mar, y dejéis esos comentarios de cariño que me revitalizan, y que permanecerán indelebles en mi corazón, eso sí, hasta el infinito y más allá.
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