A los pies de mi camino,
en el suelo de la vida,
con los ojos en la nada
y el olfato a la deriva.
Llegaste como la suerte
de quien no busca y encuentra.
Llegaste como una hoja,
como una porción de amor,
como un soplo de canela.
Llegaste con la misión
de sembrar la humanidad,
de jugar y de crecer,
junto al niño compañero,
el que lloró tu despedida
abrazándose a tu pelo,
resignado y sin consuelo.
Llegaste sin anunciarte,
sacudiste un pedazo de mundo,
con tus pestañas de harina
y tú hocico negro y servil.
Guardiana de puertas cerradas,
compañera de mis sombras,
mi dulce y noble amiga.
Tú y mi soledad conmigo,
nos despedimos las dos
de la experiencia compartida,
de los años regalados.
Siempre en mi corazón,
nunca en el olvido.
SafeCreative
Con algunos de tus poemas se me saltan las lágrimas... Éste es uno de ellos.
ResponderEliminarUna amiga le escribía un poema a una golden como Shuka...he vuelto a revivir...yo también lloro...
EliminarBellicima, muy sentida, realmente estos ángeles son muy especiales, besote
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