y no hay nada
que se alcance.
Ninguna cosa permanece
para siempre.
Se van los padres
con su esfuerzo,
con su mensaje de amor
en los labios.
Se van los amigos
que te acompañaron
y compartieron fracasos.
Se van las cosas
bonitas que perdiste,
lo imprescindible
y lo menos importante,
todo se va.
La palabra nada
se extendiendo en el vacío
y es tan inmensa
que la veo
en todo el universo.
Tengo que honrar
la vida…me digo,
y salgo besando el aire
y miro más allá de la pupila.
Y contemplo lo diminuto,
la esencia,
lo inconfundible de vivir.
Mi camino se llama fin.
Mi camino se llama fin.
12-12-12
SafeCreative
Inmaculada Jiménez Gamero
Que bonito Inma, cuanto sentimiento....Espero que no se te fuera nada, ni nadie importante
ResponderEliminarUn besazo
Inmaculada: Soy un poetilla medio chiflado, que, muchas veces,
ResponderEliminarleo tus escritos. Y, la verdad, éste del día 13 de Diciembre,
del año en curso, me ha llamado poderosamente la atención...;
pues, créetelo: siempre creí que los camino… ¡siempre!, eran caminos
de esperanzas; y, aunque muchas veces no lo creamos o
no podamos verlos…, nada se va..., todo queda. Nuestros sentidos y,
cómo no, el recuerdo, nos hace ver lo que de otra forma no veríamos.
Es un placer leerte.
Un afectuoso saludo,
Gracias por tu comentario lleno de sensibilidad. Un abrazo Alfonso.
Eliminar