Madre
del aire que respiro
del
hilo de sangre que me representa.
Madre
del sueño o quiera
de
que la muerte no existiese.
Madre
del poema enaltecido
en
tus ojos de madre
de
mi vida y de otras vidas también tuyas.
Madre
de mi sombra huérfana y triste
si
tu sombra limpia no te siguiese.
Tú
eres el eterno poema merecido,
has
sufrido dolor de madre candente
entre
paso y paso de un camino,
al que sonríes cada día abiertamente.
Son
tus años generosos de aleluyas
en
el jardín de enanitos y azahares,
donde
siempre haces fuerte la flaqueza.
Yo
elegí flotar en tu bello útero radiante
y
agradezco cada día de regalo,
que
me esperas y te espero
paseando
por las estaciones en la tarde,
con
el eco de tus palabras reiterantes.
Cuando
veo entre la gente que apareces,
coqueta,
paso lento, radiante,
siento el peso y la angustia de perderte.
Gracias
por estar siempre presente,
madre
del aire que respiro,
madre
del poema enaltecido.
Me
iría muy lejos muchas veces
pero
elijo quedarme otras tantas,
para
seguir contemplando y advirtiendo,
tu
mirada de gris catarata,
tu
paso lento de muñeca,
y
el declinar de tus años inquietantes.
Inmaculada
Jiménez Gamero
18
de Noviembre de 2013
Gracias hermana por este poema regalo a nuestra madre querida.
ResponderEliminar♥
Eliminar