Cualquier
tarde cuando la luz resbale hasta su fin
y
el gris de la ausencia se aleje de mis ojos,
cuando
todas la escusas tengan frío,
y
en el cóncavo y extraño lugar de tu corazón
se
callen todas las mentiras que pudrieron
las
manzanas de nuestras sonrisas descendientes.
Cualquier
tarde cuando caminando por la calle
te
encuentres una madre que pordiosea el amor
de
unos hijos nunca nacidos en tierra amada.
Cuando
en el umbral de las manos muertas
te
pida que te quites todos los envoltorios,
y
yo me marche a morir, y muera,
y
tú te quedes aquí mirando sin mis ojos.
Entonces,
simplemente entonces,
te sentirás tan llena de mí
que
creerás tenerme a tu lado lamiéndote las heridas
que
la vida te infringió, y que no pude evitarte.
SafeCreative
Inmaculada
Jiménez Gamero
17
de Julio de 2014
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