Caminar,
elijo
caminar.
Escucho
mis pasos,
observo
mi sombra
al
pasar por las tenues
y
encadenadas luces.
Es
diminuta la soledad,
como
diminutas las gotas
que
caen sobre mi
en
la voz interior de este vacío
que
me inunda.
Los
sauces me recuerdan
que
soy árbol,
lloro
con la lágrima seca
de
esa ausencia
que
nunca me deja.
Es
larga esta avenida,
no
tengo versos,
y
no tengo compañía.
10
de Noviembre de 2014
Inmaculada
Jiménez Gamero
SafeCreative
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