DEPÓSITO LEGAL B 3.919-2016 ISBN:978-84-945156-1-3 |
Buenos días.
Cuando, por esas cosas de la amistad y el cariño, nos disponemos a opinar sobre
el escrito, cuento, poema o relato de un buen amigo, somos por lo general,
indulgentes. Hoy, me atrevo a no serlo, después de leer varias veces LA
SENTENCIA DE ISMAEL escrito por Amanda Gamero, que forma parte del libro LOS DÍAS
LÁBILES del Club Marina, de Barcelona, Cataluña.
¿Por qué no puedo, en virtud del afecto y respeto que siento por
mi amiga Inmaculada (Amanda Gamero), desbordarme en elogios ante su técnica
narrativa y destacar en mayor medida EL CONFLICTO que despertó en mí un relato
donde el suicidio, buscado y merecido de Ismael, que decide morir -vinculado a
una red de narcotráfico, están por echarle el guante- es el marco de una
historia mil veces vista y escrita en nuestro día a día, pero pocas veces
"sentida", como lo transmite Inma?.
Cada lector se lleva algo
personal en las historias que lee, yo me llevo la vida y por eso quedé pegada a
la historia. Lo explicaré a mi modo.
Dos cosas resaltan del relato y son su columna vertebral: la
muerte y el fracaso. Ni siquiera el amor de Carmen, su esposa, es aliciente que
demore en Ismael su decisión. El ejercicio literario no está para hacer juicios
de ninguna clase sobre morir, evadir o justificar; solo expone el hecho. Ismael
está contra la pared: lo veo pagando por sus delitos, lo veo bajo el cerco de
la justicia sin otra salida que morir. Este es el hecho cierto y nada más se
sobrepone o interfiere en esta sentencia. Muy bien puesto el titulo, como
anillo al dedo.
Pero, y aquí comienza mi conflicto: el momento en que Ismael se ahorca, ¿no
resume en segundos la sentencia de toda una vida?. La tráquea se rompe, él lo
siente; lo sufre en fracciones de segundos eternos. La descriptiva del momento
en que el cuello del protagonista cede y el ahogo que le empuja a la muerte es
tal que hasta yo lo sentí en mi garganta, me impactó, pero también me dejó
frustrada -recordé todas esas ocasiones en que traté de matarme y no pude-
fracaso total, pues sigo viva. La muerte de Ismael y su suicidio, su escape a
la justicia de los hombres y al amor de Carmen, que sufre a largo plazo y no se
explica lo que para mí es muy claro, fue un éxito absoluto, quizá el único de
toda su vida. Ismael me recuerda a esos seres que creen sabérselas todas, que
viven del delito y solo buscan escapar cuando los pillan. Así evitan que llegue
hasta ellos el cerco de la justicia, no soportarían tal confrontación, no va
con la naturaleza de quién apostó mal y se paga a sí mismo con la impunidad que
les otorga la muerte.
En este análisis me he puesto muy moralista y proyecto
mucho, lo asumo -como lectora es lo que me ha dejado, aparte de una gran
lección de vida- este relato me ha hecho "sentir" el momento de morir
a nivel físico, si bien he estado en circunstancias parecidas, tenía tiempo sin
experimentar ese momento en que sabemos que no hay vuelta atrás, y todo es
dolor y ojos desorbitados en fracciones de segundos que duran un siglo. Me
dolió de veras.
Odio a Ismael, -el relato me devastó- no he podido evitar ver
mucho de mí en este personaje de mi amiga Inmaculada Jiménez Gamero, que me
hace confrontar su noción deforme de lo que es éxito y fracaso, avance y
retroceso, acción e inercia. El golazo de Ismael me llevó a otros días, pero me
hizo suspirar de alivio ante mi fracaso al querer morir y con ello, no sentir
más dolor, escapar del juicio y la carga de verdades que me escupió la vida. En
eso mi fracaso fue TOTAL.
Gracias por escribir, querida Inma. Has alborotado cientos de
recuerdos, pero también haces que siga mi proceso de reconciliación; me has
dado la gran alegría de leerte y comprobar que hay sentencias que debemos
postergar y luchar por lavarnos la cara y la existencia. El fracaso de no morir
es el triunfo más grande de toda mi vida. Como lectora, te doy las gracias por
este regalo que hoy me llevo de tus manos, tus historias y tu deber ser, hecho
literatura.
Emilia Marcano Quijada.
Muchas gracias Emilia por la verdad que pones en tus palabras y por el sentido que le das a cada una de ellas; sendido de sentir, verdad de verdaderas.
ResponderEliminarGracias a ti, querida poeta, por incluir este juicio mío sobre la sentencia de un personaje que me tocó en la carne. Gran relato, Inma. Felicidades y a seguir escribiendo.
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