jueves, 28 de junio de 2012

TESTAMENTO VITAL



Dejo los paisajes que vi
Para la luz de aquellos ojos viajeros
Y aquella quietud de las tardes desmayadas                                   
Al caminante sin rumbo
Que forzó su amargo destino
El paseo del mar en la piel salada
A las sirenas de ciudad
Que visitan la playa con luna
Dejo el silbar del viento entre montañas
A los que amen la atolondrada búsqueda
Por los confines del alma desconocida
La humildad de la piedra  
O de la hoja empobrecida
A los que tuvieron fortuna en su camino
El sol del amanecer que gozo y amo
A la piel que se nutra de poesía
La pasión del atardecer
Con sus colores de telas volando al viento
Para quien ejerza el verbo amar sin condiciones
Y los campos de amapolas salvajes
A quienes quieran encontrarme
Cuando mi llama se apague para siempre.



Inmaculada Jiménez Gamero
14 de Abril de 2012

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