martes, 21 de mayo de 2013

LISBOA


Ya no llueve en Lisboa cuando me dejas,  
en esas láminas del tiempo
donde se repiten los recuerdos,
el registro dietario del hotel decadente
no escribirá el nombre del engaño.
Volveré hasta Lisboa porque ya ni chispea,
y con el marcador profundo de mi pecho
andaré por las grietas de la ciudad,
gozaré la elocuente belleza que me robaste.
Visitaré el castillo apacentado,
la torre, el puente largo, el horizonte de océano.
Los románticos fadistas en sus casas
repartirán su dolor de vino dulce,
las tabernas en las tardes murmurarán,
la lluvia te recordará como el intruso que iba de mi mano.
Los tranvías bandeados soñaran por la Rúa Sao Juliao, 
la Alfama de pescadores brotará como antaño
y despoblará la mañana del ayer, dejando el barco atado,
meciéndose los besos, fraguándose los fados.

20 de Mayo de 2013
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Inmaculada Jiménez Gamero