miércoles, 6 de enero de 2016

MAÑANAS DE ENERO


Habían mañanas de enero
que los claveles eran la fortuna en la casa.
El rojo caudal de vida,
y el frío no quebraba la alegría.
Flor de invierno yo te extraño,
perfume tibio que anhelo
de los mercadillos del jueves.
Dónde están aquellos días…
mamá nunca pudo convencerme,
a ella no le gustan las flores:
jamás ha entendido por qué tienen
que morir tan pronto.

Inmaculada Jiménez Gamero
6 de Enero de 2016

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