lunes, 2 de mayo de 2016

CRÓNICA DE SANT JORDI Y LOS DÍAS LÁBILES

CUANDO LLEGUÉ MIRÉ AL CIELO
Mientras emergía del subterráneo por la escalera mecánica que sale al Paseo de Gracia, recordé sus palabras. Asintiendo pausadamente y con templada seguridad, ella dijo: el año que viene tú estarás firmando en Sant Jordi. Haberlas haylas. Bien claro podía leerse en mi camiseta: “Los días lábiles”, para más señas en blanco sobre negro. Un buen nombre para un libro aunque una pequeña voz en el inconmensurable mundo literario.  
LA CASA BATLLÓ
La Casa Batlló, mucho más hermosa que cualquier otro día de diario, era la glamorosa modelo a la que decenas de cámaras inmortalizaban. Su espectacular arquitectura, vestida de multitud de rosas rojas rodeando sus balcones, presagiaba una diada de Sant Jordi muy diferente a las demás. 
Por la tarde Mariela y yo firmaríamos a la diseñadora del traje de gala de esta casa modernista, una de las más emblemáticas de la ciudad cuya magistral fachada, además de vestirse para la ocasión, también era objeto de una campaña solidaria. MésQueUnaRosa, recaudaba fondos que servirían para ayudar a personas sin hogar que duermen en las calles de Barcelona, con el apoyo digital, Un dragón entre rosas.
UNA FIRMITA
Almudena Grandes, firmaba Los besos en el panuno de los libros más vendidos según los libreros, en el que cuenta los embates de la crisis para muchas familias que aprenderán por qué sus abuelos cuando eran niños besaban el pan. Se dice que Almudena firmó hasta libros antiguos con manchas de humedad o tinta. Y es que un libro  tiene que fascinar como cuando te enamoras.
LOS DÍAS LÁBILES
Leí que Sant Jordi llega a Shanghái, el gigante asiático adopta nuestra fiesta y reivindica del mismo modo los valores de la cultura y del amor.
Muy gráfico que Puigdemont para defender la cultura catalana diga que hay que hacerse respetar por los dragones.
Ola k ase, firmó cincuenta libros en su primera media hora de Sant Jordi, muchos niños querían el libro del cantante: la historia de un inmigrante que cruzó el Estrecho en patera.

A PRIMERA HORA
Felipe Sérvulo ya estaba en el puesto de In-verso y Parnass Ediciones en Rambla Cataluña, cuando llegué a las 9:30h. Todo perfectamente montado, con los libros de Subway III de poesía y relato, y sus poemarios Ahora que amaneces y El último vagón
La poesía no se piensa, se siente, y quien lea a Felipe Sérvulo debe prohibirse pensar mientras lee, debería dejarse llevar por versos que pasean por la vida, para sentir, tan solo sentir.
ROSMARI TORRENS Y JORGE GAMERO.
ÀNGLES CAMPOS, JORGE GAMERO, Y UNA SERVIDORA.
JORGE GAMERO FIRMANDO.
ROSMARI TORRENS RECITANDO, ACOMPAÑADA POR MÚSICA DE VIOLÍN. 
Rosmari Torrens, alta y delgada, formal y divertida, colocaba a los peluches protagonistas de su próximo libro.
Después llegaban motorizados Los días lábiles y dos de sus pasajeros, Àngels Campos (prologuista de nuestro libro y también autora de Subway III) y Jorge Gamero (mi hermano y compañero de letras), quienes enaltecieron la mesa con el libro recién nacido de Club Marina. 
FOTO DE PORTADA REALIZADA POR ALBA PASINATO
La portada, a mi parecer muy gráfica,  muestra un reloj de bolsillo que está siendo soterrado por arena y que por momentos se teme pueda desaparecer. 
Es curioso cómo el diseño de las portadas es conversación recurrente en muchos momentos del día. Las hay verdaderamente llamativas, y crean cierta fascinación que lleva a querer tocarlas, por lo que suponen una aproximación al objeto deseado y en consecuencia al libro en cuestión.
LOS DÍAS LÁBILES, NO OS OLVIDÉIS. 
ÁNGELS, FIRMANDO SUBWAY III.
Pero Jorge también pondría sobre la mesa El leedor fósil, La tres caras de la moneda, y Cornellá Eros, otras de sus obras de relatos,  aunque no su novela estrella, Simón, no, Saimon de la editorial Alfaguara, que va por la quinta edición.  
Por gentiliza de Amalia Sanchís pudimos compartir con muchos amigos de El laberinto de Ariadna una mañana inolvidable en la que a la ilusión de firmar nuestras obras se unía el compañerismo de los autores y su fascinación por las letras; Maite León, Anna Rosell, y Anna Benítez del Canto, entre otros.
AMALIA SANCHÍS Y ANNA ROSSELL
Pocos días atrás Juan Marsé hacía estas declaraciones en el País: “Soy un autor catalán que escribe en lengua castellana y al que no le importa la gloria (me tiene sin cuidado entrar en la historia de la literatura)". También dijo que Esta puta tan distinguida  puede que sea su último libro. 
Y entonces pensé en Risto Mejide y en algo llamado que dedica a su novia Laura, y me insuflo…diría de paciencia, ya que parece ser que también fue uno de los más vendidos.   
A nuestras espaldas el Gran Hotel Calderón, cuyo responsable había prohibido entrar a sus aseos a libreros y autores. 
Felipe y yo nos acercamos a un bar que bullía a olores de café y pan tostado. Lo sentimos por tan reputado Hotel que se perdió nuestra humilde presencia.
La primera firma del día con gran orgullo se la brindé a mi amiga Sigried Vives, mujer de bandera, excelente pintora, viajera y lectora incansable. 
CON MI AMIGA SIGUIED VIVES.

ANTONIO TELLO EN EL CENTRO DE LA FOTOGRAFÍA.
Antonio Tello llegaba desde Argentina con la natural impaciencia por el inminente nacimiento de su nieto Bastian, pero se acercó a Las Ramblas para celebrar el día del libro. Recientemente nuestro amigo común Jorge R. Hidalgo, autor de La última vuelta del perro me hablaba sobre la amplia y excelente obra literaria de Tello.
Elías Gorostiaga con Polvo en la frontera y David Yeste con La despiadada frontera entre el silencio y el latido, llegaron juntos. Creo que para ellos las fronteras son el tránsito de afectos, regiones de experiencias donde los límites son en primer lugar sus hijos. 
DAVID YESTE FIRMANDO Y ELÍAS GOROSTIAGA.
Estuve en las presentaciones de sus libros; en la primera, mientras Elías hablaba sus dos pequeños hacían escalada libre hasta llegar a sus brazos, él conseguía a duras penas permanecer sobre el taburete con cierto malabarismo. 
David firmaba a sus lectores con dibujos de corazones y hombres solitarios, bajo la luz de farolas que evocaban la noche como escenario.
Tiza, de Eugenio Asensio puso el color verde que faltaba en la mesa y la indiscutible calidad, gran habilidad narrativa, y excelentes diálogos de una novela más que recomendable.   
FELIPE SÉRVULO Y JORGE NOVAK
Jorge Novak y yo, hablamos sobre la forma de ver la poesía actual. El poeta Uruguayo dice en uno de sus poemas: nunca he perdido los sueños/y a más viejo/ más utópico/más bohemio/más de los amigos y el vino/más de mirar lejano/como frunciendo recuerdos. Y me traje conmigo el libro de las ciruelas tibias con su poesía sin mayúsculas, puntos ni comas.    

MERCEDES GASCÓN, AMANDA GAMERO Y DAVID YESTE
HERMINIA MEORO Y SU HIJA ANDREA.
HERMINIA MEORO, QUE GUAPA FIRMANDO.
Mercedes Gascón y Herminia Meoro también llegaron con la ilusión compartida de ver a nuestro pequeño, Mercedes doblemente ilusionada, ya que participaba en Subway III”
poesía, de Playa de Ákaba.  Después comíamos las tres juntas en un bar, en cuyo mostrador permanecían tres empanadillas como si estuviesen esperándonos, demasiada hambre como para rechazarlas.
CON MAR MONTILLA, GRAN AMIGA.
Mar y Ana Montilla bajaban para el puesto de In-verso y yo subía para Paseo de Gracia a encontrarme con el resto compañeros de Club Marina en el puesto de Stonberg, la editorial que ha confiado en un libro de relatos con nueve historias y nueve autores a bordo. El destino es un misterio, lo fue encontrarnos entre tanta gente que iba y que venía, como también sucedería con Raquel Reverter, amiga y buena abogada que acudía a verme con su precioso bebé y resto de familia. 
Paqui y Agustí también pasaron a buscar un ejemplar de Los días lábiles y les firmé con mucho gusto. Son detalles que se agradecen eternamente.  

Parece que el libro más vendido de Sant Jordi La magia del orden de Mari Kondo, viene de Japón y dicen que ha cautivado a sus lectores por su sencilla filosofía de poner orden a tu vida a través del armario. 
Decir Japón me lleva a pensar en Takumi, mi "sobri" japonés al que estoy viendo crecer gracias a fotos coloristas y a la fuerza del corazón. 
HABÍA MUCHAS COSAS QUE COMENTAR.
COMPARTIR.
Las novelas más vendidas en Cataluña fueron; en castellano, La chica del tren de Paula Hawkins, y en catalán, La filla del capità Groc de Víctor Amela, ninguna de las dos en mi poder.
Parece que 250 autores firmaban este año, ¿con nosotros serían 210, 211, 212 o ya estábamos dentro de los 250? ¿quién hace la cuenta? De cualquier modo, creo que lo importante es que aumentó la venta de libros respecto al año anterior y que las nuevas tecnologías no han sido enemigas con quienes combatir, sino todo lo contrario. Y que pese a toda la relación de listas y estadísticas, Sant Jordi es un día para regalar literatura y para amarse.

CON EL EDITOR JORDI CASTELLÓ.
En el puesto de Stonberg la variedad y la calidad era evidente. Las patatas fritas de El gat de Schrödinger, y la cara sobre fondo fucsia de Maullidos eran las portadas donde iban a parar la mayoría de los ojos (es curiosa la vinculación que existe entre los escritores y los gatos).  
A ÚLTIMAS HORAS DE LA TARDE UN POCO DE LLUVIA.
ATENTOS AL PÚBLICO.
MARIELA PUÉRTOLAS FIRMANDO.
Mariela, con el dibujo de su sonrisa, con nuestro libro en sus manos y con su bellísima hija Alba, consiguieron que las manillas de nuestro reloj se hicieran bien visibles. Sin olvidarme de la presencia de su madre Adela López, interesante mujer, también escritora de una novela inédita. 
No pude ver a Javier López que se difuminó en su propia labilidad, pero sí estuvimos a últimas horas de la tarde con Susana Tomás y Pedro Lara, mis compañeros, que, como ya dije, son —junto al resto del grupo— lo más importarte de esta aventura literaria.  Gracias a todos y gracias a Stonberg, ninguno de nosotros podía imaginar que este Sant Jordi, Los días lábiles fuese el libro más vendido de la editorial, aquí también llegan las estadísticas para hacernos alzar de emoción y seguir creyendo en nosotros mismos.   
JAVIER LÓPEZ EN EL CENTRO.
MARIELA PUÉRTOLAS CON SU MADRE ADELA LÓPEZ.
Y aunque la lluvia llegó ligeramente en Barcelona al final de la tarde, el Hotel Mandarín Oriental se manifestó a través de Alba, y el cansancio no fue excusa para que fuésemos a tomar una buena copa de vino. 
Risas compartidas sobre la historia de un gato moribundo, no por moribundo sino por historia, nos relajaron después de la vitalidad de todo el día, y hasta un amable turista que cenaba a nuestro lado, se ofreció para inmortalizar la excepcional jornada y el emblemático lugar: varios disparos de flash fueron los mejores testigos.
MARIELA PUÉRTOLAS , ALBA PASINATO Y YO, AL FINAL DEL DÍA.
MARIELA, QUÉ BIEN NOS SENTÓ EL VINO.
Más tarde llegaba un mensaje de whatsapp a mi móvil que decía: "Te voy a buscar al fin del mundo". 
Cenar juntos, fue el broche final de todo un día imborrable.
No sé si son importantes las cosas que viví esta Diada de Sant Jordi, pero mi cristal es mío y también su color me pertenece.
DE ESTILO NEOCLÁSICO Y CON UNA LARGA HISTORIA. 
PRECIOSA ARQUITECTURA, MODERNA Y ATEMPORAL.
A LA SALIDA DEL HOTEL MANDARIN ORIENTAL.