martes, 29 de mayo de 2012

CAE EL CINCO





Cae el cinco sobre la piel vivida
los años maduros se del árbol maldito.
Hacer cosas que ya hice
me recuerdan la gravedad de la célula
y disponer lo que no puedo
me quiebra el antojo y el deseo.
Cae el cinco ajeno al mundo,
el escalofrío del pasado
se sostiene ligeramente
por el hilo del momento disfrutado
por el gas del globo que vuela al viento.
Paso efímero,
recuerdo  acompasado de las tartas apresadas,
de las noches con lunas que fui gata.
¿Qué harán las estrellas si tengo insomnio?
¿Cómo resolverán la madrugada
si cae el cinco en la calle mojada?
¿Cómo sonaran las primaveras
de mi endeble juventud aventurada?
¡Qué raro suena el reloj del tiempo!
No me cabe su tic-tac en la memoria,
ni el denso bebedizo de tanta noche gozada,
de tantas lunas azules,
de tantas mañanas naranjas.
Cae el cinco de puntillas sobre mis pies,
que andan por la hierba maltratada.
Mientras lo más pequeño es diminuto,
un firmamento se esconde tras una puerta cerrada.

23 de Mayo de 2012
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Inmaculada Jiménez Gamero