jueves, 26 de mayo de 2016

NO LO LEAS AHORA

FOTO PROPIA
No lo leas ahora,
no canses tus ojos,
no pierdas ni un minuto.

                                  (Para qué sirve la poesía, preguntas).

No quemes este envase hasta que hayan pasado tres días,
es el tiempo que necesitará mi alma para despedirse.

Elegiré otra casa,
                          otras hojas,
                          otra vida,
                                         otro campo de amapolas tenues.
Sin ceniza que vuele,
                                 sin piel que se queme.

Naceré de nuevo,
                            lloraré solo un poco.

                               (Para qué sirve una rosa, te contesto).


Amanda Gamero
26 de Mayo de 2016
SafeCreative©




lunes, 23 de mayo de 2016

LÍNEA DE AGUA

FOTO PROPIA
Te sientas a esperar en un pequeño estanque
entre la línea de agua de mis ojos.  
Miras fríamente los deshielos.
La presa se abre y el agua solo tiene que caer,
arrasar el musgo de la piel y sorber el río.
Sabes que el mar no tiene fin,
hurtas la reserva de paz de este invierno
para soplar el temblor de la carne
que reúne las hojas de todo el otoño.
La primavera a espaldas de la montaña
deja la fragilidad silvestre del trigo y la ginesta.
Mi alma no llegará viva a este verano 
que se entromete.
 
Amanda Gamero
23 de Mayo de 2016
SafeCreative


miércoles, 18 de mayo de 2016

TRAMPAS DE RATÓN

FOTO PROPIA
Pusieron trampas de ratón
en las esquinitas del suelo por donde anduve,
mis dedos tienen pequeñas lesiones
y sigo por caminos que son esponja y piedra.
Ignoro la endeble herida
aunque escuecen por momentos
las diminutas marcas espirales.
Contemplo y acaricio mis pies olvidados,
los que me llevan volando o me traen a remolque...
satisfechos del camino o tiritando de lluvia,
siempre a la intemperie del pensamiento.
Andan las huellas que matan y reviven,
viajeros transeúntes cargados de huesos  
ajenos al destino o al reto que oxida,
llegarán extenuados hasta la isla lejana y dormida.

Amanda Gamero
18 de Mayo de 2016
SafeCreative ©


SOLO DE CLARINETE


Conocí a Maite León en el Ateneo Barcelonés, algún viernes de Laberinto que no puedo precisar en el tiempo o intervalo que nos separa de las vivencias.  
Al fin y al cabo cada uno interpreta el minutero de modo bien distinto. Mientras para unos se gana, para otros se pierde o se atesora, cada cual lo descifra de un modo, aunque sea de inexorable curso para todos.   Las fechas no consiguen por sí mismas causar esencia de lo vivido, pero sí las miradas, la presencia, el sentido de las palabras y el tono en el que se digan.  Me pareció una mujer dulce y nostálgica, con mucho peso de tristeza y al mismo tiempo con una cercanía fácil de asociar a la familia, al hogar y a la vida. Sus ojos, como aguas de mares tropicales, tenían la sabiduría de haber vivido a fondo, de quien ahonda en las secuencias que la vida ofrece.  Por momentos creía haber coincidido antes con ella, en otros años, en otros lugares quizás, quién sabe, somos universos, almas que se mudan de casa y que viajan desde nuestros ancestros.
Unos meses después,  Antonio García Llorente organizó un encuentro en la Biblioteca de Vallirana, y allí nos volvimos  a ver. Recitó un poema profundo, que desprendía soledad y emanaba un dolor intenso por la ausencia del ser amado. Sus palabras vibraban al ser pronunciadas,  y el sonido de su propia voz parecía causarle un efecto de liberación, acaso sin que ella misma fuera consciente, o así pude percibirlo yo.  Me emocionó la trasparencia de sus palabras, su mensaje no emitía interferencias y sus versos caminaban en busca de la paz, intentando comunicar de alguna forma con el ser que ya no se encontraba en el plano terrenal. De este modo llegó Maite hasta mi corazón. Después, cada vez que nos encontrábamos era una bonita coincidencia que deseábamos volver a repetir.   

El día 29 de Abril, Maite León presentaba Solo de clarinete de Parnass Ediciones en el aula de escritores del Ateneu Barcelonès. La sala estaba llena de amigos y familiares. Tuve suerte de tomar asiento al fondo, en una de las sillas que habían añadido en el pasillo ascendente. Amalia Sanchís, tan profesional y cercana al mismo tiempo,  presentó a la anfitriona y poeta y dio paso al encargado de presentar el poemario.
Alfonso Levy, con su estilo tan personal  leyó algunos de los versos que componen el libro y consiguió transmitirnos el grado de calidez suficiente para rozarnos la epidermis. —No hay nada más bello que vivir en el pronombre –dijo, comparando a la autora con Pedro Salinas, el poeta del amor, quien escribió estos versos que dan sentido a la cita: “Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres!
Pero la emoción aumentó cuando Maite abrió paso y, después de agradecer la asistencia de los allí presentes, leyó  la dedicatoria/poema que daba autentico valor al libro.

PARA EUGENIO
Porque aprendimos juntos lo que nos gustaba, lo que dolía.
Por las discusiones que nos llevaban a la reconciliación.
Por ellas, tan deseadas.
Por la música que nos elevaba, por los bailes, por las partidas de ajedrez hasta la madrugada.
Por los viajes, los que hicimos y los que se quedaron en proyectos.
Por los cafés en la plaza de San Marcos o los tés de Marruecos.
Por tantos cigarrillos abandonados en el cenicero, eran otras las urgencias.
Por el último París, el Sena, cena romántica en el Bateau Mouche.
Por tantas habitaciones que aprendieron nuestro lenguaje,
tantas sábanas que recogieron nuestras huellas.
Por cómo se nos aceleraba el corazón camino al hospital.
Por la esperanza y los miedos que nos atenazaban.
Por el solo de clarinete que abrió tantas noches.
Por la vida.
Por todo.     

Pocos pudimos evadirnos de la fuerza y la dulzura de aquellas palabras de amor y de la emoción que la anfitriona nos transmitió, de modo que las secreciones difícilmente pudieron disimularse ante la presencia de desconocidos que pudiesen ver la transformación de tantos rostros descompuestos.
Intenté no arrugar demasiado la cara y secarla con disimulo para no tener que hacer uso de los kleenex que suelo llevar en el bolso. Giré la cabeza varias veces hacía las cortinas para enjugar las lágrimas con disimulo, pero escuchar a las nietas de Maite que estaban sentadas detrás, impedían mi contención, y los kleenex fueron imprescindibles por más que quisiera evitarlo.
Después hubo abrazos, fotos, unas copas de cava, y un ágape muy apetecible que en tan buena compañía resultó ser una delicia. Hasta que llegó la hora de la despedida.
Al salir me senté en un banco para hacer unas llamadas. Mientras hablaba por teléfono y concentrada en el dialogo, un mendigo se situó frente a mí con la mano extendida. Aunque no fui consciente del tiempo transcurrido, se mantuvo en la misma posición durante todo el tiempo que duró mi conversación   El llanto debió de quedarse agazapado en mi pecho y lo siguiente fue seguir llorando sin remedio como causa efecto. Mientras me despedía de mi interlocutor con un te quiero, el mendigo seguía allí, escrutando mi ojos.
El hombre, mal peinado y sucio, mirándome con cierta tristeza, dijo —no llore señora, yo duermo en la calle y no lloro.  Aquella frase desencadenó que me convirtiese en un río que finalmente desembocaría en los subterráneos del metro. Ya en el tren, por suerte bastante solitario en su primer vagón, pude desahogarme sin ser vista. ¡Hay tantas lágrimas y tantas cosas por las que llorar! Por el amor verdadero; por la música que nos acompaña el alma, por la soledad que hay en el ser humano, por las desigualdades en el mundo, por los sin techo, por los vacíos, por los poemas rotos, por no saber vivir. Lloremos de vez en cuando, demostremos que somos  seres sensibles. Eliminemos del cuerpo sustancias químicas estresantes de vez en cuando. Parece que la agresividad también desaparece cuando se empañan los ojos, ¿os habéis dado cuenta? Era mi día, me deshice de tensiones y de presiones imperiosas. Era el día perfecto  para todo, también para el llanto.    


Solo de clarinete de Parnass Ediciones es un poemario delicioso. Examina el amor en cinco partes, en busca de significados espirituales y terrenales: el sentimiento amoroso, la pasión a través de los recuerdos,  el dolor de la separación, el amor que hace amar la vida, y la despedida (dejar ir a quien se ama y ya no está).  Como fondo, en las cinco partes, la música gozada, sentida e interpretada por dos enamorados cuya historia está escrita entre versos y notas musicales.
Y aquí quiero dejar el último poema de un libro de amor y vida.


Ahora que miro a la nostalgia cara a cara,
ahora sin barreras puedo oírte.
En este crudo invierno que estruja mi cuerpo,
y la soledad arranca los poemas,
en este pasa la vida, como pasa la tarde.
Ahora que mucho de lo que amaba
se ha perdido, y poseo el tiempo.
Ahora que mis manos recorren espacio vacío,
ahora, a solas con mis versos, te digo adiós.

Maite, enhorabuena por tu libro. El dolor provoca belleza y en tu libro Solo de clarinete la hallé y la hallarán todos aquellos que lo lean.       


martes, 10 de mayo de 2016

RESEÑA DEL LIBRO DE RELATOS LOS DÍAS LÁBILES CON MAYOR EXTENSIÓN SOBRE LA SENTENCIA DE ISAMAEL

AMANDA GAMERO
Los Días Lábiles es una colección de nueve relatos que, como el título sugiere, tienen en común esa rapidez con la que se deslizan las historias que se cuentan, cuya duración no va más allá de las veinticuatro horas de la vida de cada uno de los personajes. Tiempos cortos que condensan lo que podría contarse en una novela.
Los temas son de lo más variado. Así, en Yo qué sé, Eugenio Asensio nos muestra con toda su crudeza a los trabajadores que, reunidos en asamblea, se enfrentan a un posible despido, mientras son observados por sus patrones “unos señores con gafas”, como quien contempla los peones de un tablero, que no dudará en sacrificar si le conviene para su estrategia. 
En Estampas de Oporto, Jorge Gamero pone la voz en boca del protagonista, un marino mercante, quien nos cuenta el día en que, impulsado por una fuerza irresistible, ancló su corazón en Mina, una prostituta de la ciudad del Duero que anuncia sus servicios poniendo en el balcón el maniquí de una mujer desnuda. Nos relata una larga noche de pasión envuelta en ese olor a salitre, gasóleo y pescado crudo que suele flotar sobre las ciudades portuarias. Una noche que tal vez va a cambiar su vida. 
En Lejana como el álgebra y la Luna, Susana Tomás se mete en la piel de la mujer que protagoniza el relato, para efectuar un recorrido urbano por Nueva York, evocando el recuerdo de un lejano amor sin futuro, mientras acuden a su mente personajes que formaron parte de aquellos días, como John Lennon o los creados por Lewis Carroll o por Raymond Chandler. Mientras piensa y recuerda, va pasando por los lugares más conocidos, como el Guggenheim o el MOMA. Su deambular sin rumbo fijo la conduce a un feliz e inesperado encuentro.
Como no dispongo de espacio para explayarme en glosar la indiscutible excelencia de cada uno de los nueve relatos, concluiré mi comentario refiriéndome a La sentencia de Ismael, de Amanda Gamero, una excelente escritora, cuya destreza para la narración me consta a raíz de sus aportaciones al taller literario en el que hemos coincidido varias veces.
Amanda muestra los primeros planos de tres personajes que confluyen en una historia. Ismael, que ha cometido un grave error que va a cambiar su vida y la de sus seres queridos; Carmen, su esposa, que va y viene del trabajo mientras ignora la tortura mental que aqueja a su esposo, y Paco, el causante del problema que va a afectar a tantas personas, quien contempla el sufrimiento de su amigo Ismael desde la distancia y con completa impasibilidad.
Uno de los aspectos que más me ha impactado del relato es el modo cómo Amanda sabe infundirle tensión narrativa. Cada frase, cada línea, cada cosa que ocurre en La sentencia de Ismael es, a su vez, el anuncio de otras cosas que van a ocurrir en las líneas siguientes, de modo que el lector permanece en vilo hasta que llega al final de la narración. 
En determinado momento emplea la técnica —tan usada en las historias de suspense— consistente en que el lector posee más información que el personaje, con lo que consigue que se inquiete aún más por lo que está a punto de afrontar Carmen al llegar a casa.
Cierto que el relato tiene un marcado tinte dramático que se transmite al lector contagiándole la angustia de Ismael y, más tarde, la desesperación de Carmen. Pero siempre digo que la mayor cualidad que puede tener un relato o una novela es que al lector le signifique un verdadero sacrificio interrumpir su lectura, dada su impaciencia por saber qué va a ocurrir en los próximos párrafos. Y no cabe duda de que Amanda consigue ese efecto plenamente en La sentencia de Ismael
Un excelente relato.

Francesc Rovira Llacuna
Escritor y crítico literario


domingo, 8 de mayo de 2016

JAZMINES SOBRE LA HIERBA


Cuando hayan pasado tantos días
que la piel se vuelva violeta,
y una endeble soldadura me agarre el corazón
sin poder ni tan siquiera latir,
aunque vivir quiera.
Cuando ocurra que presienta el hundimiento
y vengan mis muertos a buscarme
en la misma noche de julio que nací:
el jazmín ya estará en flor.
Nunca se olvida el aroma
de quien se agarra a la vida y muere.
No temas amor por mí
si encuentras las flores sobre la hierba
después de vivir solo unas horas.

Amanda Gamero
8 de Mayo de 2016
SafeCreative ©


lunes, 2 de mayo de 2016

CRÓNICA DE SANT JORDI Y LOS DÍAS LÁBILES

CUANDO LLEGUÉ MIRÉ AL CIELO
Mientras emergía del subterráneo por la escalera mecánica que sale al Paseo de Gracia, recordé sus palabras. Asintiendo pausadamente y con templada seguridad, ella dijo: el año que viene tú estarás firmando en Sant Jordi. Haberlas haylas. Bien claro podía leerse en mi camiseta: “Los días lábiles”, para más señas en blanco sobre negro. Un buen nombre para un libro aunque una pequeña voz en el inconmensurable mundo literario.  
LA CASA BATLLÓ
La Casa Batlló, mucho más hermosa que cualquier otro día de diario, era la glamorosa modelo a la que decenas de cámaras inmortalizaban. Su espectacular arquitectura, vestida de multitud de rosas rojas rodeando sus balcones, presagiaba una diada de Sant Jordi muy diferente a las demás. 
Por la tarde Mariela y yo firmaríamos a la diseñadora del traje de gala de esta casa modernista, una de las más emblemáticas de la ciudad cuya magistral fachada, además de vestirse para la ocasión, también era objeto de una campaña solidaria. MésQueUnaRosa, recaudaba fondos que servirían para ayudar a personas sin hogar que duermen en las calles de Barcelona, con el apoyo digital, Un dragón entre rosas.
UNA FIRMITA
Almudena Grandes, firmaba Los besos en el panuno de los libros más vendidos según los libreros, en el que cuenta los embates de la crisis para muchas familias que aprenderán por qué sus abuelos cuando eran niños besaban el pan. Se dice que Almudena firmó hasta libros antiguos con manchas de humedad o tinta. Y es que un libro  tiene que fascinar como cuando te enamoras.
LOS DÍAS LÁBILES
Leí que Sant Jordi llega a Shanghái, el gigante asiático adopta nuestra fiesta y reivindica del mismo modo los valores de la cultura y del amor.
Muy gráfico que Puigdemont para defender la cultura catalana diga que hay que hacerse respetar por los dragones.
Ola k ase, firmó cincuenta libros en su primera media hora de Sant Jordi, muchos niños querían el libro del cantante: la historia de un inmigrante que cruzó el Estrecho en patera.

A PRIMERA HORA
Felipe Sérvulo ya estaba en el puesto de In-verso y Parnass Ediciones en Rambla Cataluña, cuando llegué a las 9:30h. Todo perfectamente montado, con los libros de Subway III de poesía y relato, y sus poemarios Ahora que amaneces y El último vagón
La poesía no se piensa, se siente, y quien lea a Felipe Sérvulo debe prohibirse pensar mientras lee, debería dejarse llevar por versos que pasean por la vida, para sentir, tan solo sentir.
ROSMARI TORRENS Y JORGE GAMERO.
ÀNGLES CAMPOS, JORGE GAMERO, Y UNA SERVIDORA.
JORGE GAMERO FIRMANDO.
ROSMARI TORRENS RECITANDO, ACOMPAÑADA POR MÚSICA DE VIOLÍN. 
Rosmari Torrens, alta y delgada, formal y divertida, colocaba a los peluches protagonistas de su próximo libro.
Después llegaban motorizados Los días lábiles y dos de sus pasajeros, Àngels Campos (prologuista de nuestro libro y también autora de Subway III) y Jorge Gamero (mi hermano y compañero de letras), quienes enaltecieron la mesa con el libro recién nacido de Club Marina. 
FOTO DE PORTADA REALIZADA POR ALBA PASINATO
La portada, a mi parecer muy gráfica,  muestra un reloj de bolsillo que está siendo soterrado por arena y que por momentos se teme pueda desaparecer. 
Es curioso cómo el diseño de las portadas es conversación recurrente en muchos momentos del día. Las hay verdaderamente llamativas, y crean cierta fascinación que lleva a querer tocarlas, por lo que suponen una aproximación al objeto deseado y en consecuencia al libro en cuestión.
LOS DÍAS LÁBILES, NO OS OLVIDÉIS. 
ÁNGELS, FIRMANDO SUBWAY III.
Pero Jorge también pondría sobre la mesa El leedor fósil, La tres caras de la moneda, y Cornellá Eros, otras de sus obras de relatos,  aunque no su novela estrella, Simón, no, Saimon de la editorial Alfaguara, que va por la quinta edición.  
Por gentiliza de Amalia Sanchís pudimos compartir con muchos amigos de El laberinto de Ariadna una mañana inolvidable en la que a la ilusión de firmar nuestras obras se unía el compañerismo de los autores y su fascinación por las letras; Maite León, Anna Rosell, y Anna Benítez del Canto, entre otros.
AMALIA SANCHÍS Y ANNA ROSSELL
Pocos días atrás Juan Marsé hacía estas declaraciones en el País: “Soy un autor catalán que escribe en lengua castellana y al que no le importa la gloria (me tiene sin cuidado entrar en la historia de la literatura)". También dijo que Esta puta tan distinguida  puede que sea su último libro. 
Y entonces pensé en Risto Mejide y en algo llamado que dedica a su novia Laura, y me insuflo…diría de paciencia, ya que parece ser que también fue uno de los más vendidos.   
A nuestras espaldas el Gran Hotel Calderón, cuyo responsable había prohibido entrar a sus aseos a libreros y autores. 
Felipe y yo nos acercamos a un bar que bullía a olores de café y pan tostado. Lo sentimos por tan reputado Hotel que se perdió nuestra humilde presencia.
La primera firma del día con gran orgullo se la brindé a mi amiga Sigried Vives, mujer de bandera, excelente pintora, viajera y lectora incansable. 
CON MI AMIGA SIGUIED VIVES.

ANTONIO TELLO EN EL CENTRO DE LA FOTOGRAFÍA.
Antonio Tello llegaba desde Argentina con la natural impaciencia por el inminente nacimiento de su nieto Bastian, pero se acercó a Las Ramblas para celebrar el día del libro. Recientemente nuestro amigo común Jorge R. Hidalgo, autor de La última vuelta del perro me hablaba sobre la amplia y excelente obra literaria de Tello.
Elías Gorostiaga con Polvo en la frontera y David Yeste con La despiadada frontera entre el silencio y el latido, llegaron juntos. Creo que para ellos las fronteras son el tránsito de afectos, regiones de experiencias donde los límites son en primer lugar sus hijos. 
DAVID YESTE FIRMANDO Y ELÍAS GOROSTIAGA.
Estuve en las presentaciones de sus libros; en la primera, mientras Elías hablaba sus dos pequeños hacían escalada libre hasta llegar a sus brazos, él conseguía a duras penas permanecer sobre el taburete con cierto malabarismo. 
David firmaba a sus lectores con dibujos de corazones y hombres solitarios, bajo la luz de farolas que evocaban la noche como escenario.
Tiza, de Eugenio Asensio puso el color verde que faltaba en la mesa y la indiscutible calidad, gran habilidad narrativa, y excelentes diálogos de una novela más que recomendable.   
FELIPE SÉRVULO Y JORGE NOVAK
Jorge Novak y yo, hablamos sobre la forma de ver la poesía actual. El poeta Uruguayo dice en uno de sus poemas: nunca he perdido los sueños/y a más viejo/ más utópico/más bohemio/más de los amigos y el vino/más de mirar lejano/como frunciendo recuerdos. Y me traje conmigo el libro de las ciruelas tibias con su poesía sin mayúsculas, puntos ni comas.    

MERCEDES GASCÓN, AMANDA GAMERO Y DAVID YESTE
HERMINIA MEORO Y SU HIJA ANDREA.
HERMINIA MEORO, QUE GUAPA FIRMANDO.
Mercedes Gascón y Herminia Meoro también llegaron con la ilusión compartida de ver a nuestro pequeño, Mercedes doblemente ilusionada, ya que participaba en Subway III”
poesía, de Playa de Ákaba.  Después comíamos las tres juntas en un bar, en cuyo mostrador permanecían tres empanadillas como si estuviesen esperándonos, demasiada hambre como para rechazarlas.
CON MAR MONTILLA, GRAN AMIGA.
Mar y Ana Montilla bajaban para el puesto de In-verso y yo subía para Paseo de Gracia a encontrarme con el resto compañeros de Club Marina en el puesto de Stonberg, la editorial que ha confiado en un libro de relatos con nueve historias y nueve autores a bordo. El destino es un misterio, lo fue encontrarnos entre tanta gente que iba y que venía, como también sucedería con Raquel Reverter, amiga y buena abogada que acudía a verme con su precioso bebé y resto de familia. 
Paqui y Agustí también pasaron a buscar un ejemplar de Los días lábiles y les firmé con mucho gusto. Son detalles que se agradecen eternamente.  

Parece que el libro más vendido de Sant Jordi La magia del orden de Mari Kondo, viene de Japón y dicen que ha cautivado a sus lectores por su sencilla filosofía de poner orden a tu vida a través del armario. 
Decir Japón me lleva a pensar en Takumi, mi "sobri" japonés al que estoy viendo crecer gracias a fotos coloristas y a la fuerza del corazón. 
HABÍA MUCHAS COSAS QUE COMENTAR.
COMPARTIR.
Las novelas más vendidas en Cataluña fueron; en castellano, La chica del tren de Paula Hawkins, y en catalán, La filla del capità Groc de Víctor Amela, ninguna de las dos en mi poder.
Parece que 250 autores firmaban este año, ¿con nosotros serían 210, 211, 212 o ya estábamos dentro de los 250? ¿quién hace la cuenta? De cualquier modo, creo que lo importante es que aumentó la venta de libros respecto al año anterior y que las nuevas tecnologías no han sido enemigas con quienes combatir, sino todo lo contrario. Y que pese a toda la relación de listas y estadísticas, Sant Jordi es un día para regalar literatura y para amarse.

CON EL EDITOR JORDI CASTELLÓ.
En el puesto de Stonberg la variedad y la calidad era evidente. Las patatas fritas de El gat de Schrödinger, y la cara sobre fondo fucsia de Maullidos eran las portadas donde iban a parar la mayoría de los ojos (es curiosa la vinculación que existe entre los escritores y los gatos).  
A ÚLTIMAS HORAS DE LA TARDE UN POCO DE LLUVIA.
ATENTOS AL PÚBLICO.
MARIELA PUÉRTOLAS FIRMANDO.
Mariela, con el dibujo de su sonrisa, con nuestro libro en sus manos y con su bellísima hija Alba, consiguieron que las manillas de nuestro reloj se hicieran bien visibles. Sin olvidarme de la presencia de su madre Adela López, interesante mujer, también escritora de una novela inédita. 
No pude ver a Javier López que se difuminó en su propia labilidad, pero sí estuvimos a últimas horas de la tarde con Susana Tomás y Pedro Lara, mis compañeros, que, como ya dije, son —junto al resto del grupo— lo más importarte de esta aventura literaria.  Gracias a todos y gracias a Stonberg, ninguno de nosotros podía imaginar que este Sant Jordi, Los días lábiles fuese el libro más vendido de la editorial, aquí también llegan las estadísticas para hacernos alzar de emoción y seguir creyendo en nosotros mismos.   
JAVIER LÓPEZ EN EL CENTRO.
MARIELA PUÉRTOLAS CON SU MADRE ADELA LÓPEZ.
Y aunque la lluvia llegó ligeramente en Barcelona al final de la tarde, el Hotel Mandarín Oriental se manifestó a través de Alba, y el cansancio no fue excusa para que fuésemos a tomar una buena copa de vino. 
Risas compartidas sobre la historia de un gato moribundo, no por moribundo sino por historia, nos relajaron después de la vitalidad de todo el día, y hasta un amable turista que cenaba a nuestro lado, se ofreció para inmortalizar la excepcional jornada y el emblemático lugar: varios disparos de flash fueron los mejores testigos.
MARIELA PUÉRTOLAS , ALBA PASINATO Y YO, AL FINAL DEL DÍA.
MARIELA, QUÉ BIEN NOS SENTÓ EL VINO.
Más tarde llegaba un mensaje de whatsapp a mi móvil que decía: "Te voy a buscar al fin del mundo". 
Cenar juntos, fue el broche final de todo un día imborrable.
No sé si son importantes las cosas que viví esta Diada de Sant Jordi, pero mi cristal es mío y también su color me pertenece.
DE ESTILO NEOCLÁSICO Y CON UNA LARGA HISTORIA. 
PRECIOSA ARQUITECTURA, MODERNA Y ATEMPORAL.
A LA SALIDA DEL HOTEL MANDARIN ORIENTAL.