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FOTO PROPIA |
Tiene
mi corazón el óvalo de la luna,
la
disposición anímica de sus fases
y
el desgaste de su propio impulso.
Fui gata por tejados del mundo,
Fui gata por tejados del mundo,
dibujé
desiertos en mil y una noches.
Viajes
con hotel y vuelo incluido,
tartas
mordisqueadas
en
cada año que el tiempo regala,
y
que reposan en la curva de mi cintura.
Fechas
a capricho, sin orden,
que
aleatorias se asoman en recuerdos;
mares
aullando de plata y espuma,
peces
linterna camino de agua,
bolas
amarillas como adorno de cielos
o
rebanadas de un cuento de oriente
buscando
el crepúsculo en su transitar.
Tiene
mi corazón el óvalo de la luna,
y
el compás en sacudida
de
su anatomía palpitante.
Penumbra
del astro que musita vivencias,
besos
cayendo al vacío de tus labios;
como
alma que flota…
como
globo de aire…
como
sueño que ahonda.
Tiene
mi corazón el óvalo de la luna
y
la huída fugaz en estrellas errantes
que
bebieron placeres sobre dunas de arena.
Memoria
de vida que llega despeinándome,
sístole
y diástole fraguando el amor,
cobalto
es la noche que despierta pasiones
como
azul es la aorta donde habita la sangre.
Inmaculada
Jiménez Gamero
12
de Marzo de 2016
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