Hubo un imperio
donde el tiempo era otra cosa;
el aire olía a madera,
el cante hondo era fiesta
y tu mirada de padre
evocaba aceitunas de otra tierra.
Escarbo en los días de ayer
y parece que sean ahora,
o todo esté por llegar
y el tren pare en mañana.
La vida sería una apuesta,
la muerte solo una extraña palabra.
Inmaculada Jiménez Gamero
SafeCreative
30 de Octubre de 2015