lunes, 23 de marzo de 2015

VERSOS AMARILLOS

FOTO PROPIA

Siempre sentimos pudor del pasado, es curioso, nos pasa a todos. Pensamos que el presente inmediato contiene toda experiencia vivida y por tanto el pasado lo tratamos como a un extraño.  Puede que nos dé vértigo, pero la vida de hoy está compuesta de ese pasado. Sin embargo todo lo escrito lo podemos borrar o destruir, y convertir el presente en un cuaderno nuevo. Reconozco que en ocasiones he estado tentada de hacerlo, invadida por ese sentido del ridículo que seguro reconocéis.  Hoy he querido observarme desde fuera, como si fuese otra mujer la que mira a la chica de 22 años que pretendía beberse el mundo. He buceado por más de cien poemas que escribí entre los años 85, 86,y 87  y he rescatado del hundimiento a cinco de ellos. Existen muchos más de años anteriores, escritos en libretas y más libretas. Todos esos poemas de mi infancia, adolescencia y juventud decidí ocultarlos por inseguridad, no daba valor a mi creación. Hoy, tengan el valor que tengan he decidido que son míos, y los iré publicando.  A estos poemas los he llamado "VERSOS AMARILLOS".

 I

Cuando te siento
soy pez,
y después de vibrar
perezco.
Ola presurosa
acariciando mi cuerpo
por la extensión del océano.
Después…
quietud,
relax,
fragmentos.

II

Suéñame cuando miro
los colores que tiene el cielo,
son los colores más tiernos
que pueda adornar un sueño.
Suéñame cuando busco
sin palabras lo que quiero,
verás como mis manos
recorren todo tu cuerpo.
Suéñame muy feliz
en un pueblecito sureño,
con un fondo de guitarra
cargada de poemas eternos.

III

Mira que tristes las hojas
cuando caen,
mira esos ojos
mil veces ahogados,
esa soledad en un banco solitario,
esa tarde olvidada, olvidada…
Mira que desmayada la noche,
mira que redonda la luz mágica.
¡Qué tristeza se vierte,
qué instante más largo!

 IV

Se agota en un minuto
la recóndita, minúscula,
y secreta ilusión.
Se tambalea al borde
de las vivencias.
Abre los ojos,
ejerce con más fuerza
los sentidos
ya ásperos,
y cuando pisa firme
por el arduo mundo,
se desvanece
y concluye su último suspiro.  

V

En mi piel
estación de amor,
trinar de besos en el aire,
errante por tu ser
y por tu huesos
me cito contigo en todo momento.