lunes, 3 de noviembre de 2014

MONTSE (LA BREVEDAD DE TU NOMBRE)


Escenario en el recuerdo,
olvido imposible,
dolor transmutable.
Un auxilio a la espera de respuestas,
tus ojos de niña casi muerta,
mis ojos embebidos de adolescente,
la gélida pared , pálida y verde.
De camino por los días debilitados
alguna vez me pregunto…
¿Por qué  un ángel se deshilvana
con cuatro años de aleteo puro,
y el responsable nunca fue señalado?
Después de tantos días de memoria
mi dolor sigue quieto en el mismo lugar,
donde siempre estuvo
y se quedó tu corazón magullado.
Aquel edificio siniestro,
mis lágrimas mojando tus diminutas manos,
tu vegetal sonrisa de fresa,
mi llanto prófugo respirando de tu aliento.
Sanar el alma con el agua de la caricia,
tocando la debilidad de tu ser
y la desnutrición de tu cabeza ladeada.
Me guardé tus ojos  para siempre,
azules como esta tarde de otoño.
Hoy llegaste sin avisar
como las mariposas que mueren.
Fuiste brevemente hermosa,
incorpórea presencia, 
pudiste ser mi compañera,
evanescente hermana,
deberías estar aquí
y no en un episodio recordado.

Inmaculada Jiménez Gamero
1 de Noviembre de 2014
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